María del Carmen Sabini

Soy psicóloga de profesión y durante más de una década me desempeñé como docente en la Facultad de Psicología. Con el tiempo, comprendí que el camino de la transformación no transcurre únicamente en el plano mental, sino que también involucra el cuerpo físico, el campo energético y el mundo emocional.

Mi búsqueda personal me llevó a nutrirme de tradiciones y saberes que expandieron profundamente mi mirada. Me inicié en la Kabalá con Salo Shefer, continué ese recorrido con Lone Szalay y, actualmente, lo sigo profundizando junto a Mario Sabán.

En paralelo, me formé en el uso de Esencias Florales de Raff, el trabajo con péndulo junto a Nora Rousseax y me nutrí de los aportes del Eneagrama.

Gracias al cáncer comprendí, entre otras cosas, el papel fundamental de la alimentación consciente en los procesos de sanación. Este hallazgo me llevó a experimentar diferentes propuestas depurativas, entre ellas la macrobiótica, la dieta tibetana, el programa Clean de Alejandro Junger, y los protocolos detox de jugos de Daniel Reid. Recientemente, completé los tres niveles depurativos propuestos por Néstor Palmetti, los cuales marcaron un hito en mi proceso de regeneración y evolución constante.

Por otro lado, las experiencias con la Ayahuasca, la lectura de Registros Akáshicos, el Reiki y la meditación Vipassana han sido prácticas claves para la observación interna, la expansión de la conciencia y el contacto con dimensiones sutiles del ser. También la Astrología ha sido un aporte significativo que me nutre asiduamente desde mis primeros años de formación; en ella encontré un lenguaje simbólico profundo que me ayuda a comprender los ciclos vitales y la influencia de los tránsitos astrales en la vida.

Durante más de 30 años practiqué yoga, y hoy el Pilates forma parte de mi práctica corporal cotidiana.

Asimismo, tanto el I Ching como el Tarot de Aleister Crowley se han convertido en guías oraculares y aliados simbólicos, espejos que acompañan el diálogo interior y el despliegue de la propia sabiduría.

Cada una de estas vivencias fue tejiendo en mí un mapa más amplio y profundo del alma humana. Hoy, este recorrido se ha convertido en una fuente viva, en constante movimiento, desde la cual acompaño, sostengo y comparto. No desde el lugar de quien tiene respuestas, sino desde una confianza humilde en el valor del proceso y en la sabiduría única que habita en cada persona.

Mentora y Acompañante (12 Pasos & Kabalá)